lunes, 2 de febrero de 2015

Alandaluces

Olivos tan antiguos como la propia tierra sobre la que se asientan y hunden sus raíces como dedos inquisitivos. Delicada foto de Víctor Subirana Garreta, cogida de blogpruebasvictorok.blogspot.com

¿Qué tuvo que marcar a esta tierra de pálidos sueños
para que se hayan reflejado sus agónicas pesadillas
en los retorcidos troncos de olivos centenarios,
donde quedarán prisioneras hasta el fin de los días
las oscuras almas, más por defecto que por vicio?

¿Son los ojos ahora ciegos de antaño los que osaron
asomarse a un devenir complaciente,
mientras las manos sangraban para regar los surcos
de esta arcilla, tumba de perdidas generaciones,
modelada con sutil capricho por dioses muy humanos?

Grita ahora como lo hizo en el amanecer de su historia
dejando ahogar el eco de su desesperada resistencia
con un silencioso caudal de agua salina.
Y por estos campos de polvo blanco y muérdago verde
se cierran los dientes y los puños asiendo la nada.
Pasos que sólo dejan huella en el olvido de la memoria.

¿Prueba eso que no hay futuro a la vera del Guadalquivir
como río maldito que sacia su sed de muerte
en las rojas ondas flotantes para pervertir ancianas doncellas?

¿Qué privilegio saturó la mente gris del pueblo
para dormir durante siglos en la leyenda de la fantasía;
allí donde se calzan los duendes sus altas botas de piel lamida?

Se despereza el alba atrapado en el rocío de las telarañas.
Y un mortecino sol descubre la bruma de la Sierra,
donde mora el cadencioso Señor de las Manchas,
para mirarse en el iris azabache de la espesa lechuza.

Hay belleza; hay esperanza.
Porque las palabras brotan como afilados espinos
reventando las burbujas de pereza
ocultas a la vuelta de la esquina.


Escuchar canciones como la de Jarcha, "Andaluces de Jaén", y perdérseme la mente en un infinito negro de los que relajan la cabeza es uno.





¿El toque Mod-ernista? Quizá sea bueno rememorar formaciones antiguas que se regodeaban en tocar R&B o puro Blues. Éstos son Entresuelos, de Sevilla, con un jovencísimo Charlie Cepeda dándole vida a sus dedos junto a su papi.



No hay comentarios:

Publicar un comentario