martes, 29 de abril de 2014

Al Norte de Córdoba

Reconozco (ya es la enésima vez que me confieso ante ustedes, sin que ni un alma me haya ofrecido la posibilidad de una absolución) que amo el Norte de la provincia de Córdoba. He adoptado esa tierra en mi corazón como si fuera propia; y no me ha resultado difícil. Por un lado, tienen sus habitantes mucho de extremeños, y eso me toca por cuna y vicio de juventud. Por otro, siento especial debilidad por la comarca del Guadiato (prima hermana de Los Pedroches, como gallegos lo son de asturianos), un lugar donde hasta hace bien poco se extraía carbón de las entrañas de la tierra. Un lugar rebosante de minerales por el que corre libre, hasta que lo apresan en el embalse de Puente Nuevo, el río que le da nombre verdeando las laderas de la sierra circundante y que bien podría hermanarse, por ser su reflejo, con el Nalón. En invierno y otoño se viste con ropajes norteños recordando un tanto a esa Asturias cercana a Mieres y sus minas de polvo de hulla; en verano y primavera se cobija coqueta tras un abanico de colores similares al de la Sierra de San Pedro. Dos caras, un mismo espíritu. Un Norte que agoniza ante la indiferencia general, cociéndose en su propio jugo por el aislamiento impuesto...
Este canto se lo dedico a ese rincón del mundo tan peculiar y entrañable.

Imagen del asombroso y mágico río Guadiato, en el norte de Córdoba. Sabiamente recopilada de http://rutasdelsur.es/

Catarsis onírica

Esternón partido.
Quebrado entre dos angulosos valles,
Uno de ellos regado por un resuelto río negro.
Tierra blanca y brava, bajo la que descansan
Los duros, gélidos y oscuros huesos de la Tierra.
Allí saben amoldarse a los mordiscos de la Vida,
Merced a ese pesimismo encarnado
En la fidelidad pedrocheña.

Aislado esternón.
Solitario entre dos oreadas vaguadas en sombra,
Una de ellas con la huella de los dioses a fuego sobre su aterciopelada piel.
Tierra densa que cruje y crepita bajo la presión del Mundo
Preñando de plasmáticas galaxias su seno agonizante.
Allí saben respirar el aire viciado de la caverna,
Para extraer del pragmático sepulcro
Gemas que vomita a su paso el Guadiato.

Sueña la Tierra con dejar de albergar tumbas de gris ciénaga
Y poder ser el celestial hogar de las alma en celo.

Canta la Tierra a la inocencia del pedregoso Cielo
Con ásperas palabras de pura humanidad huérfana.

Está el Norte perdido en virtuales brumas de rocío.
Escarchada espuma de obscena sangre
Que roza con dedos de porcelana las virtudes perdidas.
Y eleva plegarias dulces de memorias añoradas
Tras saltar ciega y bermeja al abismo del hambre.
Qué solo está el norte endeble y frío.
Pesadumbre, dolor y cieno ensambladas
Con las cumbres cargadas de sonrisas falsas.

Está hueco el Norte; vacío.
No hay sol suficientemente fuerte que lo ilumine y lo abrace.
Ya nadie araña con metálica pasión de amante
La delicada entraña, ahora callada y baldía.
Nadie alza la voz agobiante con mensajes sombríos
Para limpiar el hueso roto y podrido
Que parte en dos el amargo alba sin estrellas de un nuevo día.
Nada vale ahora que el quebranto es constante.

Qué solo y frío y vació está el Norte.


Dehesa Boyal de Villanueva de Córdoba. Cogida la imagen de picasaweb.google.com.


Este grupo pegó fuerte en mis inicios cacereños. Me gusta su chulería, su temática y, curiosamente, siempre ha provocado en mí una llamativa melancolía. Atención a esa "ibérica divinidad" que me parece una imagen que roza el genio. Son Beirut la Noche y su entrañable "Expaña".


Y también de aquellos años mozos un album onírico, precioso, sustancial, que me enseñó mucho. De él extraigo este "She's so respectable", original de los Isley Brothers (O'Kelly, Ronald y Rudolf). En esta ocasión, son los Yardbirds quienes la interpretan. Curiosamente, más de un entendido en estas cuestiones supone que la letra alude a una mujer imposible de amar por parte de un hombre, ya que sus preferencias sexuales tienden a la homosexualidad. Podría ser, ¿por qué no? Lean y deduzcan por sí mismos. Que no se lo den todo hecho.


Letra y traducción:

She's so respectable (Es tan respetable)

She's so respectable, (Es tan respetable)
She's so respectable, (Es tan respetable)
Tell me, what kind of girl is this? (Y dime, ¿qué clase de chica es ésta?)
-- What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She's never ever been kissed. (Nunca antes la han besado.)
-- What kind of girl? (¿Qué tipo de chica?)
Rubbidy dub dub dub, (Frotadora frota frota frota,*)
-- What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She's never ever been in love, (Nunca antes se ha enamorado).
-- What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
She's never been out in the moonlight, (Nunca antes había estado a la luz de la luna).
Watching the stars above. (Para contemplar las estrellas en lo alto.)
She's so respectable, (Es tan respetable,)
Tell me, what kind of girl is this? (Y dime, ¿qué clase de chica es ésta?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She's never ever been on a date. (Nunca antes había tenido una cita.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She's never ever been on a date. (Nunca antes había tenido una cita.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
Yes, I'm telling you people, (Sí, ya os lo estoy diciendo, tíos)
She's the kind of girl for me. (Ella es la clase de chica para mí.)
She's so respectable. (Es tan respetable)
Did you love her? (¿La has amado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you hug her? (¿La has abrazado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you squeeze her? (¿La has achuchado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you kiss her? (¿La has besado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
The kind of girl you just can't resist. (La clase de chica a la que no te puedes resistir.)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
The kind of girl who's never been kissed. (La clase de chica a la que nunca han besado.)
Yeah, I'm telling you people, (¡Que sí! Os lo estoy diciendo, tíos)
She's the kind of girl for me. (Ella es la clase de chica para mí.)
She's so respectable. (Es tan respetable.)
Wow!
She's so respectable, (Es tan respetable,)
She is so respectable, (Es tan respetable,)

Tell me, what kind of girl is this? (Y dime, ¿qué clase de chica es ésta?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She never, ever, ever been kissed. (Nunca, nunca antes había sido besada.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
Rubbidy rub dub dub, (Frotadora frota frota frota,)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She never ever been in love. (Nunca antes se había enamorado.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
She never been out in the moonlight, (Nunca antes había estado a la luz de la luna,)
Watching the stars above. (Para contemplar las estrellas en lo alto.)
She's so respectable, (Es tan respetable,)
Tell me, what kind of girl is this? (Y dime, ¿qué clase de chica es ésta?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She never ever been on a date. (Nunca antes había tenido una cita.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
She never ever been on a date. (Nunca antes había tenido una cita.)
What kind of girl? (¿Qué clase de chica?)
Yes I'm telling you people, (Sí, ya os lo estoy diciendo, tíos)
She the kind of girl for me. (Ella es la clase de chica para mí.)
She's so respectable. (Es tan respetable.)
Did you love her? (¿La has amado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you hug her? (¿La has abrazado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you squeeze her? (¿La has achuchado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
Did you kiss her? (¿La has besado?)
No, no, no, no, no, no! (Idem)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
The kind of girl you just can't resist. (La clase de chica a la que no te puedes resistir.)
What kind of girl is this? (¿Qué clase de chica es ésta?)
The kind of girl who's never been kissed. (La clase de chica a la que nunca antes han besado.)
I'm going down on my knees, (Me voy a poner de rodillas,)
She'll go out with me. (Va a terminar saliendo conmigo.)
She's so respectable. (Es tan respetable.)
Humpty Dumpty sat on the wall, (Humpty Dumpty** estaba sentado sobre el muro)
Humpty Dumpty had a big fall, (Humpty Dumpty tuvo una buena caída,)
All the king's horses and all the king's men, (Y ni todos los caballos del rey ni todos los hombres del rey,)
Couldn't put Humpty together again. (Pudieron recomponer de nuevo a Humpty.)
Tell me, (Cuéntame,)
Tell me, (Cuéntame,)
Tell me, (Cuéntame,)
She's so respectable, (Es tan respetable,)
Tell me, (Cuéntame,)
Please tell me, (Por favor, cuenta,)
...
She's the kind of girl for me. (Ella es la clase de chica para mí.)


* Esta traducción está un tanto forzada. Podría ser eso o cualquier tipo de rima bucal al estilo de chubidibú dandey...
**Es un poema infantil inglés que los Yardbirds incluyeron en la canción y que los Isley Brothers no insertaron en su original Respectable. La canción de Humpty Dumpty la hizo famosa en el Flamingo el grandioso Georgie Fame.

lunes, 7 de abril de 2014

Literatura universal

Recuerdo que cuando estaba estudiando en Pamplona y yo comencé a escribir cuentos, relatos y demás inquietudes juntando como buenamente podía letras y más letras, mi padre, Luis Martínez Hellín, me sorprendió enviándome una carta en la que me comentaba que tenía redactado un cuentecito cargado de sorna, gracejo y buen humor y que me lo remitía con mucho cariño. Lo leí y me gustó. Me agradó su redacción (que sobrepasaba con creces a la mía), tuve envidia de su arte, y me acabé diciendo que algún día lo iba a publicar (siempre de forma gratuíta) en cuanto tuviera la oportunidad.
Este blog, sin lugar a dudas, me va a servir para esa meta en cuanto me sea posible (tiene que estar oculto en algún rincón de mi oscura, amada y profunda casa).
Pero lo que vengo a trasladar en esta ocasión es otra sorpresa. Una buena amiga, Auxi Fernández, tuvo una idea genial. Es una de esas madres que no tienen el menor reparo en participar en el colegio donde cursan sus hijos, y así fue que le pidieron el favor de ir a leer varios cuentos a distintas clases con motivo del Día Internacional del Libro (instituido el 23 de Abril). Evidentemente, aceptó. Y como es de espíritu inquieto (¡oh, sí que lo es, sí!) y odia el camino fácil, prefirió aportar su granito de arena para convertir un acto nimio, común y habitual en algo especial, en lugar de limitarse a coger un libro y narrar con distintas voces y poses algo que otro había escrito.
Se le ocurrió, por tanto, crear su propia historia con el fin último de intentar hacer ver a todo un aula de infantes lo interesante que podría resultar una lectura. No sólo eso. Se trata de una historia que es perfectamente adaptable a cualquier clase de cualquier colegio del mundo. Basta con modificar un poco los nombres de los alumnos, el de los centros educativos donde se pueda leer o el de la ciudad en los que se enmarquen.
Tiene una manera fresca de expresarse. Escribe tal cual habla, sin grandes pretensiones, pero con mucha imaginación. Hoy (7 de Abril de 2014) lo ha leído por vez primera en la clase de su hijo, Jesús, y parece que ha sido todo un éxito entre sus (muy) jóvenes oyentes. Una vez que ya lo ha estrenado, le he pedido permiso para publicarlo aquí, y me ha concedido la gracia, lo que implica que cualquiera de vosotros puede usarlo para la misma finalidad.
He de decir que yo únicamente aporté un poco de forma escrita a la narración hablada, que queda como sigue:


Símbolo del Árbol de la Vida céltico, cogido de transmutaresnecesario.blogspot.com


LA LLAVE ENTRE DOS MUNDOS

Imaginaos un día cualquiera. Por ejemplo, el 23 de abril de 2014. Es por la mañana y todos los niños van entrando al Colegio:
—¡¡¡Bien!!!! Hoy toca educación física —exclama un niño de 8 años llamado David Murillo.
Y se oye luego a varios de sus compañeros de clase que le hacen eco:
—¡E-du-ca-ción fí-si-ca! ¡E-du-ca-ción fí-si-ca!
Todo son prisas, carreras por las escaleras, risas, alboroto, hasta que por fin entran en el aula.
¡¡¡¡Anda, es verdad!!!! Se me olvidaba decir dónde estamos. Hablamos del Colegio Pablo García Baena, que está en Córdoba, y en concreto de una clase, 3º B, y de un suceso que ocurrió hace ya algún tiempo.
Un curioso y extraño hecho que intentaré explicaros, pero, ¡claro! ha pasado ya tanto tiempo que, a veces, los recuerdos y los nombres puede que me fallen. Pero, bueno, intentaré ser todo lo fiel que pueda a aquella historia asombrosa. Y si en algo me equivoco espero que seáis benévolos y podáis perdonar a ésta vuestra narradora de unos acontecimientos que fueron reales, verdaderos y ciertos. Estad atentos.
Como iba diciendo, el día transcurría de forma normal: cono, mates, lengua, ejercicios, más ejercicios, el recreo, la merienda, educación física... La verdad es que todos tenían ganas de aprender sí, pero quizá más ganas de reír, de jugar o de saltar. Por eso, se podría decir que había cierta inquietud y una extraña sensación en el ambiente. Así que los chavales aprovechaban cualquier descanso entre clase y clase para comentar cosas con los compañeros y compañeras:
—¡Oye, ¿has comprado hoy cartas InviZimals? —Preguntaba uno.
—Yo paso —decía otro.
Y así parecía transcurrir todo:de lo más normal y sin cambios. Hasta que una profesora cuyo nombre ahora mismo no recuerdo entró en la clase debido al alboroto que se estaba formando en el cambio de hora.
—¡A ver! ¿Qué pasa aquí?
Se produjo un silencio total.
—Vamos a ver. Ahora que estáis calladitos os voy a comentar un tema importante. Mañana hay que presentar sin falta a la Consejería de Educación un trabajo sobre los castillos en España y en el resto del mundo. Quiénes vivían en ellos, cómo se abastecían sus habitantes de comida, las costumbres de la época, los caballeros y damas que vivían en ellos.... En fin, un trabajo complejo que requiere de la ayuda de toda la clase.
¡Oh, oh! Eso sonaba a muchísimo trabajo...
—El único problema es que hay que presentarlo con urgencia, así que, por favor, tenéis que ir a la biblioteca. Y para trabajar más rápido y mejor tenéis que formar pequeños grupos—comentó la profesora.
Y ésas fueron las palabras mágicas para que se formara el lío padre:
—¡Oye, yo contigo y tú conmigo!
—¡Jesús, tú en mi equipo! —Dijo Ignacio.
—Vale —le contestó el avispado chaval—. David, Carlos, veniros con nosotros.Verónica, Paula, Laura y Hada formaron otro grupo.
En fín, que toda la clase fue haciendo pequeños grupos y con la ayuda de la seño se repartieron las tareas a investigar.
Así que todos se marcharon a la biblioteca y, poco a poco, se fueron elaborando pequeños trabajos de investigación. Unos empezaron a buscar libros sobre las estrategias en la batalla, otros sobre las vestimentas (ropajes, armaduras, corazas, botas, sombreros....), otros sobre los alimentos y la forma que había de conservarlos en los castillos. Y, paso a paso –casi sin darse cuenta—los chicos se fueron interesando más y más en descubrir ese estilo de vida medieval tan lleno de detalles que lo hacen único y, a la vez, tan parecido al nuestro. Porque a esta clase, en concreto, le gustaba bucear en los libros, buscar y descubrir formas de vida diferentes, viajar con la imaginación y sin moverse del sitio a lugares muy remotos. Digamos que era una clase especial en este sentido.
Castillo de Almodóvar del Río a vista de pájaro. Cogido de www.aeroclubdesevilla.com.
—¡Mirad todos! Así se preparaban para los banquetes reales.
—¡Hala!
—¡¡Guau!!! Ésta es una fotografía real del castillo de Averdeen, en Escocia.
—Y mira ésta otra del Castillo de Almodóvar del Río, en Córdoba, ¡qué chulada!
—¡Qué pasada, mirad cómo era una armadura real, y cuánto pesaba.
—¡Mirad! —Dijo Pilar—, aquí hablan sobre la magia y la brujería en esa época.
Y entonces empezaron todos a hablar sobre el poderoso mago Merlín y la famosa Mesa Redonda del Rey Arturo, y de luchas entre los clanes por conseguir el poder y la tierra.
De repente, Laura cogió un libro un tanto peculiar de la biblioteca. Estaba escondido entre muchos otros tomos sobre biología y ciencias, pero tenía la pasta un tanto diferente del resto. Yo diría que el libro estaba incluso escondido, oculto detrás de un muro. Pero el paso de los años y las diferentes obras que se habían ido haciendo para mejorar la biblioteca al final consiguieron que el ladrillo que lo cubría cediera y lo dejara al descubierto.
Vicente, que estaba a su lado, le dijo:
—¡Pero qué libro más raro!
—Es cierto —dijo ella—. Espera que lo voy a abrir.
—Aguarda un momento —respondió Vicente—. Vamos a enseñárselo al resto de la clase. ¡Venid, mirad esto!
Todos se apiñaron a su alrededor y miraron con curiosidad el libro que Laura sostenía entre sus manos. Mostraba un anagrama en la carátula muy, pero que muy extraño, con la forma de un árbol de ramas altas y un sinfín de retorcidas raíces. Y, claro, Laura lo tocó, y lo tocó, pasando la mano por cada una de las raíces y de las ramas que parecían salirse como una prolongación del libro. Y al tocar ese extraño objeto incrustado en la cubierta todo se quedó a oscuras por un momento.
Hubo gritos, risas y caídas.
Entonces, Vicente fue corriendo a encender la luz pero no pudo, porque la habitación había cambiado por completo. No estaba el interruptor y terminó tropezándose con algo parecido a una escoba.
—¿Pero qué es esto? —Exclamó extrañado.
Entonces, la habitación se fue iluminando poco a poco de nuevo y cuando sus ojos se acostumbraron del todo a la luz, comprobaron que ya no estaban en la biblioteca del colegio.
¡Pero no sabían dónde se encontraban!
Hay que reconocer que al principio todos se inquietaron bastante. Ignacio tomó el mando de la situación y dijo muy alto para que todos lo oyeran:
—¡Vamos a tranquilizarnos, porque nada se resuelve dando gritos ni llamando a mamá y papá!
Y, aunque estaban asustados, sabían que en el fondo Ignacio llevaba razón. Al fin y al cabo, todos tenían ya entre 8 y 9 años, y no eran niños de Infantil. Así que debían de tener un comportamiento maduro, de mayores, para poder afrontar esta situación. Había que relajarse, y pudieron serenarse paulatinamente.
Gracias a eso, al menos todos pudieron tener dos ideas claras: la primea era que debían de permanecer unidos; nada de separarse. Y la segunda, que estaban dentro de una especie de biblioteca, pero muy antigua, con una escalera de caracol que permitía subir al piso superior plagado de estanterías repletas de libros. Había también una gran mesa hecha de una madera maciza, de roble por lo menos.
Lo más curioso era que todo les resultaba extraño, pero a la vez casi todos los muebles, la decoración, los cuadros les resultaban familiares, pero ¿de qué? Se quedaron pensando intentando recordar hasta que Jesús se quedó mirando fijamente un cuadro y, de repente, entendió en qué lugar estaban. Y la verdad era que la mayoría de ellos la conocían, aunque nunca antes habían pisado aquel lugar.
—¡Rápido venid! ¿No os habéis dado cuenta? Estamos en la biblioteca de la Escuela de Magia de Howarts.
—¡Anda ya, hombre! —Le dijeron unos.
El Necronomicón, según lastinieblasdelamente.wordpress.com
Pero entonces todos se fijaron mejor en los libros que había en la estantería: “Magia para alumnos de primer curso”, “Cómo usar una escoba w2.0”, “Pociones para triunfar en el amor”, “Conjuros y hechizos de efecto retardado”. Y, entonces,cuando comprendieron que la teoría de Jesús podía tener algún sentido, la puerta se abrió y el mismísimo Harry Potter, junto con Hermione y Ron, entraron por la puerta y exclamaron:
—¡Por fin os encuentro! Ya no sabía por dónde más mirar.
La cara que pusieron todos era de “NO ME LO PUEDO CREER”. Las preguntas comenzaron a brotar de algunos labios, y digo algunos, porque la mitad de la clase se había quedado MUDA del todo y sin saber muy bien si lo que estaba ocurriendo era la realidad o el fruto de su imaginación. Porque, si lo pensáis bien, aquello era imposible que fuera verdad. La biblioteca de la Escuela de Magia de Howarts era un lugar inventado, no era real. Pero, claro, a esas alturas ya nadie sabía dónde estaba la realidad y dónde la ficción.
—¿Dónde estamos?
—¿Y el cole?
—¿Y los profesores?
—¿Esto es una broma, no?
—¡Tranquiiiiloooosss! —dijo Harry Potter—. Esperad que os cuente. Era necesario que nos trajésemos a Howarts a toda una clase de un colegio del mundo real. A ser posible un grupo numeroso.
Los niños permanecieron callados. Harry Potter sabía que todo había sido demasiado rápido y que apenas les estaba explicando lo que sucedía, y eso estaba poniendo cada vez más nerviosa a toda la clase. Así que respiró profundamente, les pidió que se sentaran alrededor de él y comenzó a decir:
—Hola a todos, mi nombre algunos ya los conocéis, pero para los que no lo mejor es que me presente: soy Harry Potter y esto es la Escuela de Magia de Howarts. ¡Sí, sí! Ya sé que pensabais que esto no era real y que había salido de la imaginación de una escritora. La verdad es que mi mundo está lejos de vuestra realidad, pero no por ellos no existimos. De hecho, vivimos en vuestra mente, en vuestra imaginación, y todo cuanto acontece en nuestra vida es real gracias a que vosotros, los humanos, lo leéis y lo sentís.
Harry Potter hizo una pausa para ver si le estaban entendiendo, y como nadie hizo preguntas, continuó con voz tétrica:
—Pero está sucediendo algo terrible. Algo que ni la magia más grande de Howarts puede arreglar. Como algunos de vosotros sabéis, yo tengo un enemigo terrible, Lord Voldemort, que es un mago oscuro y malvado. Lo único que quiere es dominar el mundo mágico para imponer sus ideas de eliminar a los muggles, que son los humanos que carecen de habilidades mágicas, y que sólo queden los magos de sangre pura. Su verdadero nombre es Tom Marvolo Riddle.
Algunos de los niños habían soltado exclamaciones de asombro, porque no se esperaban poder encontrarse con alguien tan perverso y peligroso como Lord Voldemort.
—Él sabe que siempre, siempre, siempre en este mi mundo imaginario el bien vence al mal—continuó diciendo el chico que tenía una cicatriz con forma de rayo en la frente—. Y por mucho que él lo intente la luz prevalece sobre las tinieblas y el mundo oscuro que él quiere crear. Y está ya tan harto de salir siempre derrotado que ha realizado el peor conjuro que jamás se ha inventado ni dicho; El conjuro “Non existere numquam”, el conjuro del No existir nunca.
Se produjo un silencio tan denso que se podría cortar con un cuchillo. Harry Potter continuó con su explicación:
—Y lo peor de todo es que Voldemort prefiere dejar de existir a seguir perdiendo eternamente la batalla contra el bien. Con ese conjuro tan poderoso y terrible, todo este mundo, todo el mundo de Howarts, desaparecerá. ¿Y sabéis lo único que le hace falta para conseguirlo? —Los niños negaron con la cabeza—. Pues tan sólo le basta conseguir que un grupo de niños elegidos al azar, una clase entera del mundo real como la vuestra, deje de leer durante una semana sin mostrar el más mínimo interés por coger un libro. Es más, que pasen al lado de un libro y lo ignoren por completo.
Dibujo de Lord Voldemort de Sergi Brosa,
cogido de rampagedreality.com
Hubo algunos, como David y Verónica, que pusieron cara de incredulidad, pero cuando escucharon lo que Harry Potter dijo a continuación, cambiaron totalmente de idea:
—¡Cuidado! Porque Voldemort no ha calculado realmente el mal que va a realizar. Es verdad que la desgana y la apatía comenzará destruyendo Howarts, pero no se va a detener ahí. Va a continuar desintegrando el resto de mundos imaginarios: El de Greg, el mundo de las Crónicas de Narnia, el de Tolkien y el Señor de los Anillos y El Hobbit.....
El joven mago por fin había captado toda la atención de sus pequeños interlocutores.
—Y esto sucedió hace apenas seis días y medio. Voldemort escogió una clase al azar del norte de España (25 niños y niñas de un curso parecido al vuestro) y les ha logrado inculcar la abulia y el desinterés por conocer otros mundos, otras culturas, otras formas de ver la vida, por vivir aventuras, duelos, amores, emboscadas... Y si la magia de la lectura desaparece, Howarts y todo mi mundo se verá abocado a la nada más absoluta. Lo peor de todo es que, por ahora el plan le está funcionando, porque los niños están empezando a olvidar y cada vez que eso ocurre mi mundo desaparece un poco.
Vicente, entonces, exclamó:
—¡Vale, muy bien! ¿Y qué pintamos nosotros aquí, entonces?
Harry le miró sonriendo por encima de las gafas y respondió:
—¡Ah, tú eres el niño que casi me rompe la escoba antes! Pues verás, la respuesta es muy fácil: Os necesitamos para poner en marcha un contraconjuro. Hermione me ha ayudado a buscar una solución que, aunque arriesgada, era la única posible. Escuchad, sólo otro grupo de igual número de niños del mundo real puede deshacer el hechizo de Voldemort. Esta misma noche mis amigos y yo realizamos un conjuro para que una clase espacial del mundo real llegara hasta Howard, un grupo de niños capaces de creer que con la lectura se abre la puerta a un mundo maravilloso y lleno de vivencias increíbles. Yo pedí una clase valiente, inteligente y con ganas de ayudar a los demás y, bueno, la magia insondable os ha traído a vosotros. En fin, me imaginaba a unos niños algo más mayores, pero, por alguna razón, vosotros sois los elegidos.
—¿Nosotros? Pero, si somos una clase normal y corriente. Somos gugels de ésos que has dicho antes. —Se quejó Verónica.
—Verónica, se dice muggles —le contestó con dulzura Harry—. Verás, nadie es exactamente normal y corriente y mucho menos vosotros. De verdad que no sé por qué sois los elegidos, pero yo no cuestiono lo que la magia determina, y hay una razón por la que habéis sido llamados.
—¿Y qué tenemos que hacer? —Preguntó Ignacio.
—La verdad es que no tenemos mucho tiempo, porque el hechizo de Voldemort se incremente y se hace más fuertes a cada momento que pasa, pero nosotros, los seres del mundo imaginario, no podemos influir en los corazones de las personas reales para que el deseo de leer entre de nuevo en sus mentes y corazones.
—Pero seguimos sin saber lo que podemos hacer nosotros. No conocemos a esos niños ni dónde viven ni cómo se llaman —se lamentó Carlos.
—Lo sé, lo sé, tranquilos. Por eso os he tenido que traer aquí. Porque sólo desde el mundo imaginario en el que ahora mismo estáis podéis realizar mi plan. Es sencillo.
Los chavales se aproximaron más a Harry para no perderse detalle.
—Quiero que sepáis que desde este mundo imaginario podéis acceder a sus mentes, pero sólo a través de los sueños cuando ellos duerman, que es cuando es más fácil entrar, y una vez dentro les tenéis que intentar convencer de que leer es la llave para que la magia no desaparezca y de que el mundo entero de Howarts depende de que vuelvan a sentir ganas de tener de nuevo un libro en sus manos, de querer vivir mil y una aventuras, de transmitirles que, a veces, un libro se puede convertir en el mejor acompañante.
Nadie dijo ni una palabra.
—Vale, venid conmigo —dijo Harry Potter.
Todos salieron de la biblioteca y fueron visitando la Escuela de Magia. Era igual que en la película, incluso los cuadros les saludaban al pasar: “¡Hola chicos reales de 3º B!”, les decían, “¡Hola Ignacio! ¿Cómo estás, Hada?”… Pero había habitaciones que ya no existían. Por ejemplo, el famoso comedor con las lámparas colgando llenas de velas había desaparecido por completo y eso era triste, o la sala para aprender a volar en las escobas estaba ya por la mitad. La otra parte sencillamente ya no existía y en su lugar había un oscuro y tétrico negro; un espeluznante vacío que daba miedo. Ése era el resultado de la desgana y la apatía de los niños hacia la lectura.
Por fin llegaron a un salón cubierto de tapices y donde estaría a salvo de los efectos de la desgana, allí Harry les dijo:
—En círculo debéis de sentaros y daros las manos. Dentro de poco llegará la hora de dormir para la clase embrujada y es el momento idóneo para entrar en su mente y lanzarles un mensaje que sólo vosotros podéis hacer, porque en el sueño la conciencia baja la guardia y el mago maldito deja de tener poder sobre ellos.
—Eso es muy difícil —comenzaron todos a protestar.
—Yo no puedo —señaló uno.
—Yo no sé —dijo otro.
—Yo quiero volver a casa —gimoteó un tercero.
—Sólo puedo deciros que si sois vosotros lo elegidos entre todos los niños del mundo será por algo. Pero si no nos ayudáis, todo este mundo se esfumará y nunca más se oirá el nombre de Hermione, Ron, Albus Dumbledore o incluso el mío.
Dicho esto, Harry les entregó a todos y cada uno de ellos un extraño medallón con el mismo símbolo que aparecía en el libro que Laura cogió de la estantería del cole, el árbol con grandes raíces.
—Significa la unión entre los dos mundos, el real y el imaginario —explicó el joven aprendiz de mago—. En muy pocas ocasiones debe de abrirse el canal entre ambos mundos, y sólo en los casos de muy grave necesidad se abre. Cada uno de vosotros conectará con el sueño de un niño o niña concreto de la clase embrujada por Voldemort, y cada uno de vosotros seguramente conectará con el que sea más parecido a vosotros, y así la conexión entre cada pareja será más fuerte y el contagio de las ganas de leer será igualmente mayor.
La importancia de la lectura, de www.xatakaciencia.com
—¿Y es peligroso? —Preguntó muy preocupada Pilar— Si Voldemort nos descubre, ¿no nos hará daño?
Harry no contestó enseguida. Se había puesto muy serio.
—Supongo que sí, que es peligroso, Laura. Lord Voldemort es verdaderamente malvado, como lo demuestra su rostro monstruoso y pálido, y yo no puedo obligaros a ayudarnos. Lo dejo en vuestras manos.
Todos comprendieron que la labor que Harry les estaba encomendando era francamente difícil, pero todos supieron también que, al menos, había que intentarlo. En sus corazones el veneno del miedo dio paso a un valor que no conocían, porque entendieron que la ayuda a los demás es fundamental en la vida. Y ocurrió que todos, sin mediar palabra, se miraron unos a otros y supieron que las cosas, al menos, hay que intentarlas.
—Lo haremos —le comentó Jesús, entonces. —Os ayudaremos.
Harry sonrió agradecido y empezó a comprender que cuando en su conjuro había solicitado chicos dispuestos a hacer el bien por los demás, estaba pidiendo justamente eso, generosidad, y por fin comprendió por qué los de la clase de 3º B habían sido los elegidos.
Todos a una cogieron sus medallones y comenzaron a concentrarse. Harry, para ayudarles, les dijo:
—Tenéis que pensar en aquella historia o libro que os haya enganchado de verdad, que os gustara tanto que tengáis una conexión muy, muy fuerte con él. Pensad en la risa que os provocó, el escalofrío de miedo que sentisteis al leerlo o ese cosquilleo en el estómago que provoca lo desconocido. Recordad ese deseo enorme de volar sobre un dragón o de querer ser caballeros en una batalla o bien guerreras que salvan a todo un pueblo. Después tenéis que infundir a ese niño que os ha tocado el deseo de leerlo también, contagiadles las ganas de que crean en mundo imaginarios, en gigantes, piratas, pueblos mágicos, elfos y hadas, guerreros valientes y en mujeres fuertes e inteligentes que saben cómo vencer al enemigo. Pero hacedlo rápido, porque la desgana avanza y no quiero que nos acabe atrapando.
Guiados por las palabras de Harry, todos ellos comenzaron a pensar e imaginar rápidamente. Unos recordaron las historias de Batman o Superman; otros tendieron hacia los mundos imaginarios (y un poco terribles) del Señor de los Anillos o del Hobbit; algunos sonrieron rememorando las aventuras Mortadelo y Filemón… Y todos y cada uno de ellos volvieron a sentir y a disfrutar recordando. Incluso se escucharon algunas risas, a pesar del riesgo que estaban corriendo.
Hobbits de Gorrem. Imagen cogida de gorrem.deviantart.com
La verdad era que costaba trabajo concentrarse y entrar en los sueños de los otros niños. Y la razón era que algunos de los embrujados estaban demasiado aferrados a su desgana y no consentían que la ilusión por la lectura les fuera contagiada. Además, a algunos de ellos se les apareció de repente la cara blanquecina, viscosa y sin nariz de Lord Voldemort para infundirles el miedo en el alma. Pero los chicos y chicas de la de 3º B aferraban fuertemente el medallón en las manos y se animaban unos a otros:
—¡Venga, vamos que podemos!
—¡Ánimo!
Y, de repente, toda la concentración de aquellos valerosos niños provocó un ruido impresionante en la sala en la que estaban. Las paredes retumbaron y crujieron y parecieron rajarse de arriba abajo, hasta que la densa oscuridad que lo invadía todo dio paso a la suave luz de la mañana. El sol salía en paz y era un amanecer precioso.
Harry entró en la sala y gritó feliz:
—¡Lo habéis logrado! ¡Lo habéis conseguido! Ahora sólo resta que un niño abra su primer libro, sólo eso. Vosotros ya habéis sembrado la semilla y sobre esa base ellos deben de dar el primer paso… Pero ¿cuándo sucederá? —Se preguntó a sí mismo Harry—. Eso sólo depende de él.
Todos esperaban impacientes noticias, y Harry se estaba poniendo cada vez más nervioso por momentos. Sus elegidos del mundo real habían cumplido su parte de la misión, es decir transmitir el deseo de la lectura a esa otra clase embrujada, pero el resto no dependía de ellos, ni siquiera del propio Harry.
El tiempo transcurría y ya quedaba poco para el plazo final. Si antes del mediodía cualquier niño o niña de la clase hechizada por Voldemort no abría un libro por propia iniciativa, todo estaba perdido. Entre tanto, los niños de 3º B se pasearon por los edificios de Howarts y vieron los baños y las clases, y la sala de pociones mágicas, pero veían horrorizados cómo poco a poco todo iba desapareciendo y sin más dejaba de verse. Harry empezaba a estar realmente asustado y su miedo era contagioso.
En el reloj de la Escuela de Magia sonaron las doce menos cuarto y todos ya en la sala de la biblioteca esperaban el inevitable desencadenante.
Y entonces, como en un hechizo, Harry empezó a narrar con los ojos cerrados:
—Veo a una niña llamada Julia… Una niña a la que ayer alguien le estuvo hablando de Howarts… Una niña que desde que ha llegado al colegio siente una enormes ganas de ir a la biblioteca a conocer mi mundo, pero siempre hay algo que la detiene…
El conjuro de Harry permitió que los niños de 3º B también tuvieran la misma visión mágica que Harry y así pudieron contemplar a Julia con una de sus amigas que le decía:
—¡Anda ya y pasa de ir a la biblioteca! Mejor te vienes conmigo a hablar con Estela.
Así que, guiados por el joven mago, todos ellos comenzaron a pensar
“Julia, ¡vamos! Abre cualquier libro, ¡venga!”
Pero Julia duda y no sabe bien qué hacer. Por un lado, le apetece ir con sus amigas, pero, por otro, la curiosidad que tiene por el mundo mágico de Harry Potter le impide bajar las escaleras hacia el patio. Y de repente Julia responde a su amiga:
—Vete tú al patio, que yo iré en un momento.
Así que la chica de la visión de Harry sube un piso más hacia la biblioteca del colegio, pero justo cuando va a abrir la puerta el jefe de estudios la llama:
—¡Julia! ¿Qué haces? ¿No deberías ir al recreo?
De nuevo la niña duda. De repente se le ha olvidado lo que quería hacer, pero logra reponerse y le contesta al jefe de estudios:
—Un momento. Es que quiero comprobar una cosa, ¿puedo?
—Sí, venga. Pero cuando termines cierra la puerta, ¿de acuerdo?
Por fin Julia entra a la sala y se dirige a la estantería, pero la duda otra vez la invade y se para en seco mirando los libros como hipnotizada.
Caricatura del maestro Borges rodeado de libros.
De www.slideshare.net
—¿Qué le pasa? ¿Por qué no se decide de una vez a coger el libro? —Se preguntó enfadado Vicente.
—Es Voldemort que hasta el último instante va a hacer todo lo posible por conseguir su malsano objetivo —respondió Harry—. Está intentando que en vez de elegir un libro escoja una película.
“¡¡¡NOOOOO!!!!”, pensaron todos. “¡No lo hagas! ¡Tienes que abrir el libro! ¡El que quieras! ¡Vamos, venga!”
Los niños de la clase de 3º B aprietan con fuerza el medallón, cada uno el suyo, todos con el mismo pensamiento.
Pero Julia dirige sus pasos hacia el mueble de los DVD y, entonces, una fuerza que ella no sabe de dónde procede le obliga a cambiar de parecer. Su mirada se despierta y parece cada vez más limpia. Regresa hacia la estantería y levanta la mano hacia un libro con un título atractivo y extraño: “La historia interminable”. Por fin sus dedos rozan el lomo…
—¡¡¡¡ABRELOOOOOOOO!!!! —Gritan todos.
El tiempo parece detenerse y Julia cierra los ojos, respira profundamente y con una lentitud exasperante abre por fin el libro.
De repente, todo se vuelve oscuro…


Isabel, que es la profesora que les había encargado el trabajo sobre los castillos al principio de esta historia, ¿os acordáis?, entra en la biblioteca y dice a los sorprendidos chicos y chicas de 3º B
—¿Pero se puede saber qué hacéis? ¿Habéis terminado ya el trabajo? ¿Por qué está todo tan en silencio?
Los niños se miran unos a otros sin entender. ¿Y Harry? ¿Y Julia? ¿Qué ha pasado?
Curiosamente, los trabajos sobre los castillos estaban todos perfectamente hechos. Nadie dijo nada, ni siquiera quisieron hablar delante de los profesores. Pero en el recreo se junta toda la clase.
—¿Pero qué ha pasado? Se atrevió a preguntar Verónica.
Todos empezaron a hacer conjeturas, pero las cosas eran cada vez más confusas.
Dieron las dos de la tarde, y lo que hasta entonces les había parecido tan real como la vida misma ya empezaban a creer que lo hubieran estado soñando, y el ajetreo del día hizo que la noche llegara pronto.
La mayoría no podía dormir pensando en lo ocurrido. No obstante, el cansancio por la maravillosa aventura vivida hizo que, finalmente, los párpados se les cerraran a todos de forma progresiva, y entonces todos los niños de 3ª B tuvieron el mismo sueño:
Estaban en Howarts de nuevo y Harry Potter les explicó que todo había salido muy bien. Julia, al abrir el libro, había roto por completo el hechizo de Lord Voldemort y, así, de nuevo el mundo imaginario volvió a cobrar forma, renovándose otra con más belleza que antes.
Julia fue la primera en abrir el libro. Después de ella lo hizo Antonio y luego Mario, Pedro, Enrique, Julio... Todos volvieron a sentir ganas de leer y a disfrutar de la lectura. Y todo gracias a ellos, gracias a su generosidad y valentía y por haber sido capaces de creer en él, en Harry Potter y su maravilloso mundo.
A la mañana siguiente, cuando todos volvieron al colegio y comentaron el sueño entre ellos supieron que algo mágico había ocurrido esa misma noche. Y, sin que nadie hubiera sabido cómo, en un intercambio de clases, se dieron cuenta de que había aparecido dibujado en la pizarra el árbol con las raíces; el símbolo de la conexión entre los dos mundos.
Y ellos eran verdaderamente merecedores de tal símbolo.


Buen remate para este tema. Sisado de mujeresconalastitiriteras.blogspot.com.


Creo correcto incluir un tema que me entusiasma y despierta en mí anhelos de magias envueltas en brumas vaporosas, donde acecha el peligro tanto como el placer: "She moved trought the fair", cantado por Van Morrison al cadencioso y oportuno compás que le marcan ese grupo increíble de músicos celestiales apodados The Chieftains.



La letra y su traducción:

She moved trought the fair (Se movió como un hada)

My young love said to me (Mi joven amor me dijo)
My mother won't mind (que mi madre no la tiene en cuenta)
And my father won't slight you (y mi padre te menosprecia)
For your lack of kind (por tu falta de clase)
Then she stepped away from me (Entonces ella se apartó de mí)
And this she did say (Y esto fue lo que dijo:)
"It will not be long love, ("No habrá más amor)
till our wedding day". (hasta el día en que nos casemos")
She stepped away from me (Se apartó de mí)
and she moved through the fair (y se movió como un hada)
and fondly I watched her (y con cariño la miré)
Move here and move there (moverse de aquí para allá)
Then she made her way homeward (a continuación tomó el camino de vuelta)
with one star awake (evocándome a una estrella)
As the swan in the evening (como el cisne en la noche)
moves over the lake (se mueve en la superficie del lago)
I dreamt it last night (Soñé la pasada noche)
That my dead love came in (que mi amor muerta regresaba)
So softly she moved (se movía tan suave)
That her feet made no din (que sus pies no hacían ruido alguno)
Then she came close beside me (Entonces se colocó cerca a mi lado)
And this she did say (y esto fue lo que dijo:)
"It will not be long love, ("No habrá más amor)
till our wedding day". (hasta el día en que nos casemos")


Un toque de Mod-ernismo nunca viene mal. Me ha costado un pelín buscar algo para esta entrada, aunque una vez conseguido, creo que le da mucha chispa. Un tema de Frank Wilson titulado "Do I love you" (por cierto de 1966, ¡gran añada, vive el Gran Mod-ernista!). Es pura delicia...




Letra (y traducción, por supuesto)

Do I love you? (¿Te quiero?)

Here I am on bended knees (Aquí me tienes postrado de rodillas)
I lay my heart down at your feet (y arrojo mi corazón a tus pies)
Now do I love you (ahora, ¿te quiero?)
All you have to do is ask (Todo lo que tienes que hacer es pedir)
I'll give until there's nothing left (te lo daré hasta que no me quede nada)
do I love you (¿te quiero?)
As long as there is life in me (Tanto como me dure esta vida)
Your happiness is guaranteed (tu felicidad está garantizada)
I'll fill your heart with ecstasy, forever darling (Voy a llenar tu corazón de éxtasis, para siempre, cariño)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Indeed I do Indeed I do (de hecho, lo hago; de hecho, lo hago)
The very thing that I want most (La cosa que realmente más quiero)
Is just to have and hold you close (es tenerte y mantenerte cerca)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
From early morning until late at night (Desde temprano por la mañana hasta bien entrada la noche)
You fill my heart with pure delight (llenas mi corazón de puro gozo)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
whenever I lay me down to sleep (Cada vez que me voy a acostar)
I pray the Lord your soul to keep (ruego al Señor que cuide tu alma)
And bring you home safe to me, for ever darling (y te traiga a casa a salvo conmigo, para siempre, cariño)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Indeed I do, sweet darling, indeed I do 
(de hecho, lo hago, dulce cariño; de hecho, lo hago)
Now whenever I lay me down to sleep 
(Y ahora cada vez que me voy a acostar)
I pray the Lord your soul to keep 
(ruego al Señor que cuide tu alma)
And bring you home safe to me 
 (y te traiga a casa a salvo conmigo)
for ever darling (para siempre, cariño)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Do I love you? 
(¿te quiero?)
Indeed I do, little darling, indeed I do 
(de hecho, lo hago, pequeña mía; de hecho, lo hago)