martes, 25 de febrero de 2014

El artista y el diablo

Una nueva entrega de la saga "Cuentos absurdos", cuyo único interés es que lo escribí en mis más tiernos inicios (el segundo curso de Periodismo en la Universidad de Navarra). De hecho, no deja de ser el clásico encuentro entre alguien que necesita algo y "el de siempre", que le ofrece cumplir su deseo, pero, por supuesto, a cambio de algo. Como curiosidad, lo usamos un grupo de amigos del curso para elaborar un guión de cortometraje que acabó en forma de película. En ella Miguel Ángel Jimeno (amante acérrimo de la música que elaboraban los Cuatro de Liverpool, fumador compulsivo de Ducados y hoy todo un profesor universitario con numerosos libros y artículos publicados en su haber y un currículum de vértigo) interpretaba con maestría a un muy atormentado escultor —con bata blanca incluida—, mientras que mi muy admirado Antonio Sánchez-Escalonilla (profesor de Guion Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos y autor, entre otros de "El príncipe de Tarsis" o "La palabra impronunciable", cuya lectura recomiendo vivamente, porque son tremendamente amenos, amén de ser el director del único cortometraje que pudimos hacer ambos, "Hambre mortal", del que hablaré cuando pueda colgar aquí la película) daba vida a un Señor de la Oscuridad, con el que se lo pasó en grande haciendo un inmenso papel. ¿El director de ese bodrio sin sentido? Un servidor. En fin, aquí tenéis el relato titulado:


Momento en que el violinista Giuseppe Tartini soñó que vendía su esencia al Diablo a cambio de una sonata fuera de lo común (inhumana, vaya). Fue en 1713. Cogido de lucus-conversacionesvarias.blogspot.com.

El Artista y el Diablo
El estudio se encontraba en penumbra. Sólo unas pocas velas esparcían su brillo dorado, formando círculos luminosos que atravesaban la oscuridad y daban de lleno en las estatuas diseminadas por la austera habitación. Sus sombras oscilaban bailando al ritmo impuesto por las diminutas llamas que se agitaban merced a las corrientes de aire. El ambiente, más que pobre, por la escasez de enseres y propiedades, resultaba bohemio acentuado por el desorden indolente que se respiraba. Allí vivía y trabajaba un hombre por completo dedicado al arte; el dinero, en el fondo, no le interesaba y era casi un lastre, una penosa obligación con la que acceder a la alimentación diaria y contar con un local para dar rienda suelta a su insatisfactoria habilidad.
Todo su ser tendía a la consecución de una sola idea: La perfección en el realismo del cuerpo humano.
Se encontraba frente a su última obra. La bata blanca mostraba lamparones de grasa y polvo, pero eso no parecía importarle mucho. Los brazos le colgaban inermes a los lados, y en sus manos sostenía un cincel y un gran mazo de madera. Miraba a la forma pétrea delante de él. Le inundaba la desilusión y la impotencia, aquella estatua se burlaba de su incapacidad artística y el hombre reaccionó por fin.
¡No! —Gritó levantando el mazo por encima de su cabeza—. ¡No es esto!
Descargó el brazo con fuerza para golpear a la escultura repetidas veces, hasta destrozarla casi por completo, haciendo imposible el reconocimiento de su forma primigenia. Luego se calmó quedándose quieto. Se alejó del desastre que había causado, caminando con lentitud, hasta llegar a la altura de una mesa baja de madera donde dejó caer ruidosamente los instrumentos para esculpir. Se sentó en una silla contemplando sus demás obras. Todas estaban cubiertas con sábanas.
"Eso espensó—, no sois más que meros fantasmas de los que quiero hacer; reflejos pálidos y mortecinos de lo que me arde en la cabeza".
Dio un potente golpe sobre la mesa que hizo vacilar peligrosamente la vela y levantó en vilo, por unos instantes, los demás enseres repartidos por la superficie. Luego hizo un gesto de resignación con los hombros.
—La perfección. ¡Ja!... ¡Imposible! —Durante algunos segundos mantuvo fija la mirada en un punto del espacio hasta que la desesperación acabó por hundirle. Apoyó los brazos sobre la mesa y escondió la cabeza entre ellos negando en silencio.
Al otro lado de la estancia se escuchaba un ruido curioso y cadencioso. Al principio no le hizo caso, pero cuando el compás se intensificó, haciéndose más rápido, tuvo que mirar para descubrir la causa del sonido. Sus ojos se agrandaron con espanto y multitud de gotitas frías le perlaron la frente.
Sudaba de miedo.
Había visto cómo la representación del brazo de la escultura aniquilada se movía oscilando sobre un punto de equilibrio. La danza de aquel miembro de piedra se hizo frenético, cada vez más acelerada, hasta que estalló silenciosamente en pedazos que salieron disparados en todas direcciones y no se escuchó nada más que el respirar agitado del artista.
Una voz procedente del rincón más oscuro de la habitación dijo entonces:
—Bien. Aquí estoy. —El hombre se giró rápidamente y contempló a una persona que se adentraba con pasos lentos en el intimismo del círculo de luz.
Sensacional escultura de Kevin Francis Gray.
Era alto y fibroso, vestía con ropas negras y elegantes. Se cubría con una gran capa y guantes de color claro. En su pelo, largo y peinado hacia atrás, cuatro mechones blancos destacaban sobre el negro azabache del resto del cabello: dos de ellos le nacían de la base de las sienes y circundaban la cabeza por sus flancos; los otros dos se proyectaban simétricamente a ambos lados de la crisma e iban a morir en la coronilla. La nariz era delgada y algo aguileña y por debajo asomaba y arreglado bigote que no impedía la visión de unos labios pálidos y muy finos. Sus ojos verdes claro brillaban con malicia y su voz sonó dulce y agradable en los oídos del artista.
Éste enseguida supo quién era su huésped.
—¡Tú! —Dijo horrorizado—. ¿Por qué?
El Príncipe de las Tinieblas chisteó con la boca e hizo un gesto excesivamente teatral, como indicando indignación, ofensa y enfado.
—¡Vamos hombre! ¿Es que acaso no me has llamado? Es una desconsideración por tu parte darme primero el aviso con tanta urgencia para después querer dejarme en la estacada —señaló mientras se despojaba de la capa y tomaba asiento frente al escultor. Satanás aguardó paciente la respuesta, aunque ya la conocía de antemano.
—Pero si yo no he dicho nada, ¡no pronuncié palabra! ¡Y mucho menos con ningún tipo de urgencia! —Chilló con histeria el artista llevándose las manos al pecho.
El intruso levantó una ceja apoyando un codo en la mesa. Luego se dirigió al hombre como quien habla con un chiquillo.
—¡Oh! Sabes bien, muy bien, que me refiero a una llamada interior —su largo y huesudo dedo índice se disparó hacia adelante—. Sin voces, sin palabras. Sólo pensamiento, y muy fuerte, he de añadir. Dentro de ti ya no hay nadie más que yo. Tú mismo te has apartado para dejarme hueco... Estás dulcemente desesperado —terminó susurrando.
El escultor había ido negando cada palabra pronunciada por el otro. Se notaba desarmado e indefenso, derrotado en cierto modo. Lo que el Príncipe de la Mentira había dicho era verdad, porque había pedido ayuda, pero no se había dirigido a nadie en concreto. Satanás vio sus gestos y le dijo:
—¡Venga, venga! ¡Vamos! Sé sincero —y al decir esto sus ojos rieron irónicos—, al menos contigo mismo.
Aquello fastidió bastante al escultor. Le irritaba dialogar con alguien facultado para leer en su mente. Sus palabras, acompañadas de aspavientos impulsivos, sonaron lejanas ara él. Como si fuera otra persona quien las pronunciara.
—Yo no sé nada —balbuceó—. Yo... Yo sólo siento. ¡Soy artista!
Satanás se echó hacia atrás en su asiento y expulsó el aire con un bufido.
—¿Y yo no? Comprendo perfectamente lo que sientes.
—¿Tú? —Preguntó asombrado el modelista.
El Maestro del Engaño acercó su cara a la del hombre y bajó la voz hasta que al pronunciar las palabras sonaron como el susurro de una serpiente venenosa.
—Síiiii. No basta con poner todo de su parte para conseguir eso que quieres... Eso que te quema febrilmente en tu interior y te marca el alma —el artista frunció el ceño—. Hace falta en múltiples ocasiones cierta ayuda sobrenatural...
El tallista alejó con repugnancia el rostro. Ahora tenía la oportunidad que tanto había ansiado a lo largo de toda la conversación, y atacó:
—Sí. Pero para eso está Él...
—¡Estoy yo! —Le atajó el Gran Diablo golpeando bruscamente la mesa y levantándose de repente a velocidad del pensamiento. Su voz sonaba atronadora—. ¡Yo, y basta! Soy el único que te puede echar una mano... —La voz volvió a endulzarse, aunque se adivinaba un ligero tono de resentimiento—. No eres nada tonto; no, no lo eres.
El hombre se había encogido con pánico cuando estalló la violencia del ángel. Todavía temblando le vio levantar una pierna y apoyarla sobre la mesa. Al posar el pie, gran cantidad de motas d polvo se habían alzado para caer después en una suave y lenta danza sobre el brillante zapato de Satanás. Éste, sin mostrar mucha preocupación por ello, extendió el brazo hacia la oscuridad y, al retirarlo, apareció en su mano un delicado pañuelo negro con el que se dispuso a limpiar el calzado. El Ángel Caído contempló un momento al artista y luego se rió suavemente.
Detalle de "El Jardín de las Delicias", de
El Bosco. Cogido de pladelafont.blogspot.com.es
—Tienes miedo de perder tu alma —dijo—. ¿No es eso? Crees que es lo que busco, ¿verdad?
Al ver que no obtenía respuesta volvió a reírse con una sonora carcajada. Retiró el pie de la mesa y sacó del interior de su chaleco color gris perla una bien labrada pitillera de plata. Con mucha calma extrajo un pitillo liado y le dio unos golpecitos contra la petaca. Luego se inclinó hacia la vela y lo prendió. El humo se elevó espeso y pesado haciendo toser al tallista.
—Bueno. ¿Qué me dices? —Preguntó el Demonio Abatido.
—La verdad —respondió con un hilo de voz—, el ejemplo de Fausto...
Satanás volvió a cortarle en seco y habló con animación mientras se paseaba por la habitación.
—Fausto, Ambrosio, Melmoth, Keawe, Teófilo, Grandier, y tú mismo, Orencio Domenico Brahmstein ¡cualquiera! No hay nadie en este mundo que no pretenda algo en la vida. ¡Amigo mío! El arte es nuestro nexo de unión y si ambos estamos ligados es por nuestra virtuosa esencia artística. Somos creadores, tú lo has dicho antes; los dos sentimos de igual modo —abrió los brazos para abarcar toda la habitación—. Los artistas pretendemos, necesitamos, llegar a la realidad en piedra, en pintura, en palabras. Yo también cultivo mi propio talento, igualmente trabajo con mi propio material, tengo mis métodos particulares... Diferentes, ¡claro! Pero sublimes, al fin y al cabo.
El hombre caso no le escuchaba, aunque las palabras pronunciadas y arrastradas hasta sus oídos quedaban grabadas en su espíritu más recóndito, como si estuvieran hechas de hierro al rojo vivo. Dolían. Abrasaban. Tentaban.
—Pero mi alma... —La voz le temblaba en la garganta y tuvo que tragar saliva para continuar—. Sí, tengo miedo.
Satanás gesticuló como restando importancia al asunto.
—Tu alma no tiene nada que temer. Verás, te pertenece, es tuya por completo... Por ahora, eso sí. —Se detuvo al contemplar la cara del escultor y se apresuró a aclarar sus palabras—. ¡No! No quiero decir que te esté engañando. Cada alma tiene un destino y yo no soy libre ni tengo capacidad para poder variarlo; tengo las manos bien atadas para ciertos temas.
La Antigua Luz se calló un momento sopesando al hombre.
—Bien —dijo al fin—. ¿Quieres mi ayuda?
El escultor respondió ansiosamente.
—No sé, no sé... No estoy seguro. Prométeme que no me estás engañando. Porque no entiendo lo que ganas tú en este negocio.
—¡Hummm! Desde luego no busco lo que tú temes perder. Mis ganancias son problema mío y de Dios —respondió el Diablo de Múltiples Nombres—. A ti te bastará con conseguir lo que quieres, y lo que es mejor: saberlo luego. Darte cuenta de que lo has conseguido.
—¡Prométemelo! —Insistió el aterrado humano.
—¡Por descontado!
Se produjo un corto silencio que pareció prolongarse una efímera eternidad y cuando el escultor volvió a hablar, notó en la cabeza como si el cerebro le flotara en el seno del cráneo; un ligero zumbido le impidió escuchar su respuesta:
—De acuerdo... Tú ganas. Acepto.
Satanás rió con ganas. El triunfo se reflejaba en su voz:
—Sea.
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La sala del museo estaba inundada de luz. Allí se habían reunido las obras más geniales de todos los tiempos. De continuo, una riada de curiosos y entendidos cruzaban sus puertas para pasar el rato, los primeros, o intentar alcanzar esa experiencia estética que les llevaría al séptimo cielo, a los menos. l museo tenía dos partes: una dedicada a la pintura y otra donde se exponía todo tipo de esculturas. En ésta última, en la zona más iluminada y preeminente, se podía observar la estatua en mármol de un hombre sedente. Sus rasgos, claramente angustiados, semejaban en extremo a los del escultor y reflejaban una exactitud y un realismo del todo increíbles hasta en el más mínimo detalle.
Parecía tener vida y muchos eran los que debían alargar la mano y tocar la fría piedra para convencerse de que no era de carne y hueso. La imagen se encontraba en una silla, parte de la escultura también, y se sostenía sobre una mesa de pequeña alzada cubierta de velas y utensilios para esculpir. En la parte inferior de la obra aparecía un cartel que rezaba: "El artista".
Frente a la estatua se encontraba una pareja. Los dos estaban entrados en años, aunque mostraban una vitalidad envidiable.. La señora se dirigió a su marido.
 —Francamente magnífica.
—Fíjate en los detalles —dijo éste en respuesta—. ¡Es increíble!
La señora pareció buscar algo en un papel que guardaba en las manos. Al cabo de un instante comentó desconcertada:
—Aquí pone que su autor es desconocido —le pasó la guía a su acompañante, quien la examinó atentamente.
—¿Desconocido? —Exclamó— ¡Vaya! Pues habría que averiguar a quién pertenece y hacerle a él mismo una estatua.
Miró un poco más atentamente la obra.
—Desconocido, es curioso.
—¿Verdad que sí? —Sentenció una voz a sus espaldas. Ambos se volvieron con sorpresa—. Dicen que el autor de esta obra desapareció justo después de terminarla. ¿Qué me dicen a eso?
Los señores se movieron incómodos. Aquella persona les ponía nerviosos sin saber por qué exactamente. Quizá por el aire gélido que le envolvía y que contagiaba todo lo que se hallaba en sus proximidades. El anciano contestó como pudo.
—Bueno. Parece que se hace tarde —se llevó la mano al sombrero—. Mucho gusto, caballero —luego le ofreció el brazo a su mujer—. ¿Querida?
la mujer se lo tomó y los dos se fueron cuchicheando entre ellos. Satanás les observó divertido cómo se marchaban, luego se volvió lentamente hacia la estatua. Le miró fijamente a los ojos y acercó su boca a la oreja de piedra.
—¡Estúpido! Todo está atado y bien atado. Tan densamente sellado que es imposible desliarlo —dijo en un susurro y soltó una carcajada profunda como sus pupilas, haciendo que varias miradas de desaprobación le siguieran hasta la salida.
Nadie se fijó en un hecho maravilloso: por el rostro de la estatua corría una silenciosa lágrima.

Imagen de la obra "Fucking Hell", de los hermanos británicos Jake y Dinos Chapman. Cogida de cookingideas.es.

Quiero dejar aquí una increíble versión del "Devil's dream", tema que ya ha salido en otra entrada (http://jmjcollantes.blogspot.com.es/2013/05/ultima-entrega-de-deliciosamente-humano.html). En esta ocasión, el maestro violinista Jean Carignan le aporta ese aire verdaderamente diabólico, en el que los dedos apenas se perciben sobre las cuerdas por la velocidad que llevan. De hecho es la mejor forma de tocarlo, como si vinieras del Más Allá... Aunque prefiero la cadencia que le confiere mi gran amigo el maestro violinista Pedro Burzaco, quien comienza de forma suave, sin prisas y saboreando cada nota como si ésta le pesara toneladas sobre el hombro, hasta acabar frenético casi contorsionado en el suelo, ligero como un alma, ágil como un elfo en celo. En fin.


No entendería que en esta entrada no apareciera "Simpathy for the Devil", de los Rolling Stones, por razones lógicas y que no merece la pena explicar. Un temita que no cansa si vas leyendo la letra y su peligroso sentido. Ahí va eso.



La letra y traducción:
Simpathy for the Devil (Simpatía por el Diablo)

Please allow me to introduce myself (Por favor, concededme la venia de presentarme)
I'm a man of wealth and taste  (Soy un hombre con gusto y riqueza)
I've been around for a long, long year (he estado rondando por aquí durante muchos, muchos años)
Stole many a man's soul and faith (Robé muchas almas y la fe de los hombres)

I was 'round when Jesus Christ (Estuve allí cuando Jesucristo)
Had his moment of doubt and pain (tuvo su momento de duda y sufrimiento)
Made damn sure that Pilate (forzando por cojones que Pilato)
Washed his hands a’ sealed his fate (se lavara las manos y sellara su destino)

Pleased to meet you (Encantado de conocerte)
Hope you guess my name (espero que adivines mi nombre)
But what's puzzling you (pero lo que te está desconcertando)
Is the nature of my game (es la naturaleza de mi juego)

I stuck around St. Petersburg (Me encontraba en San Petersburgo)
When I saw it was a time for a change (cuando vi que era el momento de un cambio)
Killed the Czar and his ministers (Asesinados el zar y sus ministros)
Anastasia screamed in vain (Anastasia chilló en vano)

I rode a tank (Guié un tanque)
Held a general's rank (logré el grado de general)
When the Blitzkrieg raged (cuando se lanzó la Guerra Relámpago)
And the bodies stank (y los cuerpos apestaban)

Pleased to meet you (Encantado de conocerte)
Hope you guess my name, oh yeah (Espero que adivines mi nombre, ¡oh, sí!)
Ah, what's puzzling you (¡Ah! Lo que te está desconcertando)
Is the nature of my game, ah yeah (es la naturaleza de mi juego, ¡ah, sí!)

I watched with glee (Contemplé con gozo)
While your kings and queens (el modo en que vuestros reyes y reinas)
Fought for ten decades (combatieron durante diez décadas)
For the god they made (por el dios que ellos se habían hecho)

I shouted out, (Lo dije a gritos)
"Who killed the Kennedy's?" (¿Quién mató a los Kennedy?)
When after all (Cuando, después de todo,)
It was you and me (fuimos tú y yo)

Let me please introduce myself (Dejadme, por favor, que me presente)
I'm a man of wealth and taste (Soy un hombre con gusto y riqueza)
And I laid traps for troubadours (y tendí cepos para trovadores)
Who get killed before they reached Bombay (que fueron asesinados antes de que pudieran alcanzar Bombay)

Pleased to meet you (Encantado de conocerte)
Hope you guessed my name, oh yeah (Espero que hayas adivinado mi nombre, ¡oh, sí!)
But what's puzzling you (pero lo que te está desconcertando)
Is the nature of my game, ahhh yeah, get down, baby (es la naturaleza de mi juego, ¡aaah, sí!, abajo, nena)

(2:54) woo
(3:03) woooah

Pleased to meet you (Encantado de conocerte)
Hope you guess my name, oh yeah (Espero que adivines mi nombre, ¡oh, sí!)
But what's confusing you (Pero lo que te está confundiendo)
Is just the nature of my game mmm yeah (Es sólo la naturaleza de mi juego, ¡mmmm, sí!)
Just as every cop is a criminal (Tanto como que cada poli es un asesino)
And all the sinners saints (y que todos los pecadores, santos)
As heads is tails (como que los primeros serán los últimos)
Just call me Lucifer (Tan sólo llámame Lucifer)
'Cause I'm in need of some restraint (Porque estoy necesitado de algo de templanza)

So if you meet me (Y si me llegas a conocer)
Have some courtesy (ten algo de cortesía)
Have some sympathy, have some taste (sé un poco simpático, ten algo de gusto)
Use all your well-learned politesse (utiliza toda tu bien aprendida buena educación)
Or I'll lay your soul to waste, mmm yeah (o enviaré tu alma a que se consuma, ¡mmm, sí!)

Pleased to meet you (Encantado de conocerte)
Hope you guess my name, mmm yeah  (Espero que adivines mi nombre, ¡mmm, sí!)
But what's puzzling you (pero lo que te está desconcertando)
Is the nature of my game, mmm mean it, get down (es la naturaleza de mi juego, ¡mmm! significa, abajo)

(4:43) Woo, who
ah yeah, get on down (¡Ah, sí! Sube y baja)
Oh yeah (¡Oh, sí!)
(4:52) bum bum ba ba ba do a, bum bum ba ba ba do a
(5:06) yea Ahh yeah! (¡Síiii, sí!)

Tell me baby, what's my name (Dime, nena, cuál es mi nombre)
Tell me honey, a can ya guess my name (Dime, dulzura, seguro que adivinas mi nombre)
Tell me baby, what's my name (Dime, nena, cuál es mi nombre)
I tell you one time, you're to blame (Te lo digo una vez, tú eres el culpable)

Oh, who (¡Oh, quién!)
woo, woo
Woo, who alright (¡Wu! quién está bien)
(5:35) oo, oo oo
Woo, who, who (¡Wu! quién, quién)
Woo, who, who (¡Wu! quién, quién)
Oh, yeah (¡Oh, sí!)
Woo, who, who (¡Wu! quién, quién)
Woo, who, who (¡Wu! quién, quién)
Oh, yeah (¡Oh, sí!)

Well, what's my name (Bueno, cuál es mi nombre)
Tell me, baby, a what's my name (Dime, nena, y cuál es mi nombre)
Tell me, sweetie, a what's my name (Dime, dulcecito, y cuál es mi nombre)

oo, who, who  (¡Uh! quién, quién)
oo, who, who (¡Uh! quién, quién)
oo, who, who (¡Uh! quién, quién)
oo, who, who (¡Uh! quién, quién)

oo, who, who (¡Uh! quién, quién)
oo, who, who (¡Uh! quién, quién)
oo, who, who (¡Uh! quién, quién)
Ahhhhh, yeah (¡Aaaaah, sí!)

Woo woo


Y como la imprudencia lleva a la soledad, un temita de mi añada (1966) que siempre me llamó la atención: "No milk today", de los Herman's Hermits. Me encanta. ¡Oh, sí, claro! Habla de la soledad.



La letra y su castellanización:
No milk Today (Hoy no hay leche)

No milk today, my love has gone away (Hoy no hay leche, mi amor se ha ido)
The bottle stands forlorn, a symbol of the dawn (la botella permanece abandonada, un símbolo del amanecer)
No milk today, it seems a common sight (No hay leche hoy, parece que va a ser lo normal)
But people passing by don't know the reason why (pero la gente pasa de esto, no sé el motivo de ello)
How could they know just what this message means? (¿Cómo van a saber siquiera lo que significa ese mensaje?)
The end of my hopes, the end of all my dreams (el final de mis esperanzas, el final de todos mis sueños)
How could they know the palace there had been (Cómo podían saber del palacio que aquí hubo)
Behind the door where my love reigned as queen (detrás de la puerta, donde mi amor reinaba como una reina)
No milk today, it wasn't always so (Hoy no hay leche, no fue siempre así)
The company was gay, we'd turn night into day (La empresa era alegre, convertíamos la noche en día)
But all that's left is a place dark and lonely (pero de todo aquello sólo queda un lugar oscuro y solitario)
A terraced house in a mean street back of town (una casa con terraza en un miserable callejón de ciudad)
Becomes a shrine when I think of you only (se convierte en un santuario cuando pienso en ti sólo)
Just two up two down (Únicamente dos arriba, dos abajo)
No milk today, it wasn't always so (Hoy no hay leche, no siempre fue así)
The company was gay, we'd turn night into day (La empresa era alegre, convertíamos la noche en día)
As music played the faster did we dance (y bailábamos tan rápido como sonaba la música)
We felt it both at once, the start of our romance (lo sentimos ambos a la vez, el inicio de nuestro romance)
How could they know just what this message means? (¿Cómo van a saber siquiera lo que significa ese mensaje?)
The end of my hopes, the end of all my dreams (el final de mis esperanzas, el final de todos mis sueños)
How could they know a palace there had been  (Cómo podían saber del palacio que aquí hubo)
Behind the door where my love reigned as queen (Cómo podían saber del palacio que aquí hubo)
No milk today, my love has gone away (Hoy no hay leche, mi amor se ha ido)
The bottle stands forlorn, a symbol of the dawn  (la botella permanece abandonada, un símbolo del amanecer)
But all that's left is a place dark and lonely (pero de todo aquello sólo queda un lugar oscuro y solitario)
A terraced house in a mean street back of town  (una casa con terraza en un miserable callejón de ciudad)
Becomes a shrine when I think of you only  (se convierte en un santuario cuando pienso en ti sólo)
Just two up two down (Únicamente dos arriba, dos abajo)
No milk today, my love has gone away (Hoy no hay leche, mi amor se ha ido)
The bottle stands forlorn, a symbol of the dawn  (la botella permanece abandonada, un símbolo del amanecer)
No milk today, it seems a common sight (No hay leche hoy, parece que va a ser lo normal)
But people passing by don't know the reason why  (pero la gente pasa de esto, no sé el motivo de ello)
How could they know just what this message means?  (¿Cómo van a saber siquiera lo que significa ese mensaje?)
The end of my hopes, the end of all my dreams (el final de mis esperanzas, el final de todos mis sueños)
How could they know a palace there had been (Cómo podían saber del palacio que aquí hubo)
Behind the door where my love reigned as queen  (detrás de la puerta, donde mi amor reinaba como una reina)
No milk today, it wasn't always so (Hoy no hay leche, no siempre fue así)
The company was gay, we'd turn night into day  (La empresa era alegre, convertíamos la noche en día)
But all that's left is a place dark and lonely (pero de todo aquello sólo queda un lugar oscuro y solitario)
A terraced house in a mean street back of town (una casa con terraza en un miserable callejón de ciudad)
Oh, all that's left is a place dark and lonely (¡Oh!, de todo aquello sólo queda un lugar oscuro y solitario)
A terraced house in a mean street back of town (una casa con terraza en un miserable callejón de ciudad)
Oh, all that's left is a place dark and lonely (¡Oh!, de todo aquello sólo queda un lugar oscuro y solitario)
A terraced house in a mean street back of town (una casa con terraza en un miserable callejón de ciudad)

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