sábado, 4 de mayo de 2013

Divina feminidad

Ejemplo estupendo para ilustrar este estúpido escrito. De www.bligoo.com.

Es un fenómeno que, como mínimo, se podría calificar de peculiar. Y me explico: Personalmente me resulta incomprensible que una mujer se pueda pasar la vida buscando a alguien en concreto -sea del sexo que sea- para compartir en pareja (y en teoría) una vida entera y que lo primero que haga al encontrar a su "media naranja" sea intentar cambiar a esa otra persona casi de forma radical hacia algo completamente distinto a lo que es.
Se trata, sin lugar a dudas, de una tendencia natural y tan inevitable como haber llorado alguna vez siendo un sufrido seguidor del Aleti.
Ese minucioso proceso de modelaje de cuerpo y alma se inicia de forma paulatina, con minúsculos detalles que, ciertamente, si hay amor de por medio, la cesión es inmediata ante una presión insinuada, casi imperceptible, ya que a ese nivel no da todavía la impresión ni de sacrificio ni de imposición.
Así, en esa primera fase, modificar cuestiones pequeñas como permitir que ella se coma los picos del pan, se quede con las patas del pollo (o mejor, de la perdiz -nada más sabroso en este mundo-) o se apropie del primer sorbo de una buena cerveza fría en pleno julio cordobés (como ejemplo de lo que es calor dentro de esta humilde universalidad, nada más), es decir, todo ese conjunto de nimiedades que tanto placer concede a las almas cándidas y sin malicia, no es más que una demostración de un enamoramiento inicial sin límites por el que uno cree que se puede llegar a cualquier límite.

El ser humano es una figura modelable en manos de
una divina feminidad. De pattventura.wordpress.com
El siguiente paso del proceso no tarda mucho en llegar. Dejar de fumar, cambiar algo el color de la ropa, cortarse algo más el pelo (y las uñas), peinarse de otra manera, engordar o adelgazar a su gusto son ya ejemplos algo mayores de esa extraña necesidad que las féminas guardan en su interior.La rueda sigue girando y si antes se hablaba del color, ahora ya se exige de forma descarada que se modifiquen por completo los hábitos en el vestir. Determinados gabanes, abrigos, jerseys, pantalones y camisas son muy hábilmente descartados con sólo decir: "¿no te aburres de ir siempre igual?". Y, aunque parezca lo contrario, este punto es casi el de inflexión en cualquier relación larga que se precie, con lo que guarda una importancia suprema.
A partir de aquí la cosa puede ir a más o moderarse. Depende.
En los casos más graves, ese tipo de música que antes hacía "tan interesante" al macho ya no es aguantable, esas conversaciones sobre el bien y el mal hasta altas horas de la noche ya no la llenan, esa imperiosa necesidad de hacerle el amor cada vez que la hembra asomaba por la puerta se le antoja cansina y todos esos elementos pasan a ser prescindibles por el bien de la "madurez" del varón.
Y si algo resulta llamativo de verdad es que del "madura de una vez" se pasa con pasmosa facilidad y casi de inmediato al "¿qué ha sido de aquel hombre con quien me casé?".
Y el hombre le pregunta entonces: ¿Por qué si te atraen los locos flipados, los gamberros, los macarras o los delicuentes te has casado con una persona común y moderada, y/o viceversa? O más propiamente dicho: ¿Qué diablos quieres de mí?

Este cambio a mejor es el que ellas creen producir en el varón. De rainfer.com.
Inevitablemente, esta estúpida reflexión tiene su reflejo en lo divino. Veamos; tenemos por ahí en su sitio a todo un Ser Supremo que con su aliento se dedica a generar almas casi sin límite. Todas ellas diferentes, cada una con un don (y a veces, sin él) y haciéndolas pasar por el tamiz del tiempo para que sufran las singulares especifidades de cada época que les haya tocado vivir en este mundo.
Pero a todas ellas (las millones y millones y millones que ha habido, hay y habrá) les exige lo mismo: "Cambiad hasta convertiros en lo que Yo quiero que seáis". En este terrible caso no se trata de sutiles modificaciones en la forma de ser o de pensar, sino que prácticamente el Gran Modernista reclama un cambio estructural en la Humanidad a través de cada individuo. Y entonces el Hombre se pregunta: ¿Por qué si me quieres de esa manera me has hecho totalmente opuesta a ella?.
Y la respuesta no siempre se hallará en la supuesta Libertad humana. Existen demasiadas circunstancias en su entorno como para que esa simple réplica sea la válida. Países, épocas, familias, amistades, religiones, paces y guerras marcan la evolución de una persona, y no es culpa suya si la Divinidad no le ha concedido el don de la fe o incluso la ha marcado (estigmatizado para los fanáticos) con un posicionamiento totalmente opuesto a la aproximación a su existencia.
Un curioso capricho que me lleva a pensar en una posible verdad que ya se intuía hace tiempo desde que se descubrió que las mujeres son plurineuronales y los hombres se contentan con una sola neurona: Dios es mujer.
Y así nos irá en la Eternidad...


Y como mensaje a mujeres humanas y divinas, este "Soy así", de Los Salvajes. Esencialmente celestial.



No puedo evitar añadir un tema de Los Brincos que derrocha chulería por todos sus poros y que se llama "Flamenco". Viene a cuento porque habla de formas de ser (en este caso inamovibles, o eso dicen ellos). Atención al ¡Tacatá! que sueltan que suena genial y no es más chulesco porque no se puede y es imposible. A mí me entusiasma (y que por favor nadie le busque tres pies al gato en plan machismo y demás chorradas).



Pero esto no quedaría del todo completo sin este añadido posterior a la publicación de esta entrada, porque el tema se lo merece (y la letra también): "Don't want no woman", del gran Bobby Bland.


Don't want no woman (No quiero ninguna mujer)

I don't want no woman, telling me what to do (No quiero que ninguna mujer me diga lo que tengo que hacer)
I don't want no woman, telling me what to do (No quiero que ninguna mujer me diga lo que tengo que hacer)
Well, I'm grown now darling, just as grown as you (¿Sabes, cariño? Yo ya he crecido tanto como tú)
I don't want no woman, telling me this and that (No quiero que ninguna mujer me vaya diciendo esto y lo de más allá)
I don't want no woman, telling me this and that (No quiero que ninguna mujer me vaya diciendo esto y lo de más allá)
Yes, it makes me mad darling, and I don't go for that (Sí, eso me vuelve loco, cariño, así que no voy a pasar por ahí)
You drink your whiskey, I drink my wine (Tú te bebes tu whiskey, y yo me bebo mi vino)
You tend to your business, and I tend to mine (Tú atiende a tu negocio, que yo atenderé al mío)
I don't want no woman, telling me how to live my life (No quiero que ninguna mujer me diga cómo manejar mi vida)
Yes, I'm gonna leave you darling, 'cause I don't want (Sí, voy a abandonarte, nena, porque no quiero) 
no wife (esposa de ningún tipo)
I don't want no woman, telling me how to live my life (No quiero que ninguna mujer me diga cómo manejar mi vida)
Yes, I'm gonna leave you darling, 'cause I don't want (Sí, voy a abandonarte, nena, porque no quiero) 
no wife (esposa de ningún tipo)
You used to boss your man, that I can't deny (Siempre sueles dar órdenes a tu hombre, que no me puedo negar)
Before I let you boss me, I lay down and die (Antes de dejarte que me sigas dando órdenes, prefiero caerme y morir)
I don't want no woman, telling me how to live my life (No quiero que ninguna mujer me diga cómo manejar mi vida)
Yes, I'm gonna leave you darling, 'cause I don't want (Sí, voy a abandonarte, nena, porque no quiero) 
no wife (esposa de ningún tipo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario