sábado, 24 de marzo de 2012

Vates sin lengua

Imagen gravemente atractiva tomada del blog La grúa de piedra.
Tengo que decir que, pese a poseer un espíritu ya domado y alojado adormecido en una cómoda jaula de oro, colaboro de cuando en cuando con Amnistía Internacional en el envío de mensajes concretos para ayudar a personas concretas. Una colaboración similar a la que practico con el movimiento globalizado de Avaaz (que mueve a millones de personas en todo el mundo en defensa de determinadas causas ya no tan perdidas como se podría haber pensado antes).
Pues bien, los de Amnistía pidieron el pasado Día Internacional de la Poesía cuantos más micropoemas mejor en favor de la poetisa Aayat Al-Qormozi, de Bahréin. Su "crimen" fue leer en público un poema molesto para el Gobierno local que empezaba con estos versos: “Somos el pueblo que matará la humillación y asesinará la miseria. ¿No oyes sus gritos, sus alaridos?”. Al parecer, esta solicitud de reformas en su país y en otros, como Egipto, Túnez, Yemen o Siria, tocó demasiadas fibras sensibles y, según esta ONG, Aayat fue amenazada, detenida, condenada y torturada.
No me dio por los micropoemas, pero elaboré un "medio-poema" dedicado a esa mujer de alma indómita -cuya imagen me la imagino lejos de tener un pelo de colores y vestir de forma alternativa, al estilo de lo que harían las "enfants-terribles" de Occidente (pero cuya voz seguro que será más potente al estar sola, aislada, alejada, nadando en el detritus del abandono y el olvido)- como cualquier vate que se precie.
Dice así:


Palabras como aciagas aves perdidas que
sin rumbo
posan sus descarnadas patas de sangre
sobre la crepitante capa de ácida sal,
allá lejos, en la tierra herida
y desnuda;
justo enfrente de la luminosa ceguera de la Nada.
Quiebran con sus desplumadas alas negras
el silencio sordo del adormecido puma,
Y mientras de las entrañas del barro primigenio
fluye un lento y denso manantial
de almas silentes y con la boca cosida a puntaladas,
Allá en lo alto, inalcanzable, sopla el viento del recuerdo
y sigue brillando la estrella de la esperanza
sólo para que tu palabra se siga oyendo.

Hermosos cuervos asimilados del Blog de Arlequini.




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